Gracias a los sueños que siguen esperando para convertirse en realidad

//Por Arlen Solodkin, MAPP, MSW//

Los sueños que aun no se convierten en realidad juegan un papel muy importante pero subestimado en nuestra vida. Al poner atención en estos sueños que están en espera de convertirse en realidad, aprendemos acerca del potencial que éstos tienen para motivarnos e inspirarnos.

En momentos de incertidumbre, nuevos estresores nos jalan y sacan de nuestro centro obligándonos a reconsiderar nuestras metas y prioridades. Aprender a soltar y el arte de reconsiderar nuestras circunstancias se convierten en nuestro salvavidas mientras aprendemos a navegar en nuevas aguas. Dentro de este proceso, hacer espacio en nuestra ocupada rutina para parar y reflexionar es sumamente importante. En momentos de adversidad, cultivar emociones positivas, entre ellas la gratitud, nos ayuda a elevar nuestra respuesta inmunológica y a expandir nuestra forma de ver al mundo, lo que es inminente si queremos encontrar la forma de construir un nuevo camino.

La gratitud fue denominada la madre de todas las virtudes por Cicerón quien vivió del año 106 al 43 a.C. y aun hoy en día, la gratitud sigue siendo estudiada por el impacto tan importante y positivo que tiene para cultivar la buena vida. Robert Emmons es psicólogo, profesor e investigador en UC Davis ha resaltado las increíbles cualidades de la gratitud, tales como la capacidad que nos brinda para celebrar el momento presente y su impacto en la disminución de emociones negativas como la envidia, entre otras. Más allá de centrarme en definir los increíbles beneficios de la gratitud que puedes encontrar en el blog de Greater Good escrito por Emmons, mi interés es compartirte una pieza fundamental de mi reflexión del día de hoy.

Esta mañana, mientras pensaba acerca de la vida, sentí el dolor de todo aquello que he tenido que dejar ir, entre estas, muchas actividades diarias y algunos proyectos emocionantes que me daban estabilidad y un espacio de crecimiento. Noté el impacto de éstos pensamientos así que me forcé a redireccionar mi atención para enfocarme en aquello por lo que estoy agradecida, y de pronto, me di cuenta de que di las gracias por los sueños que tengo y que aún no se han hecho realidad. Este pensamiento me sorprendió. Normalmente agradecemos por las metas cumplidas, por el camino recorrido, por los aprendizajes, pero ¿agradecer por los sueños aun no realizados?.

Pues verás, he tenido varios sueños por los que he trabajado durante años y aunque he logrado muchos de los que me he propuesto, son los sueños aun no realizados los que me hacen levantarme en la mañana con la emoción de experimentar la vida. Cada vez que hay alguna señal de que uno de estos sueños podría hacerse realidad me lleno de entusiasmo y esperanza. En mi lista de sueños, tengo algunos que llevan esperando desde hace diez años, otros que esperan desde hace dos, y otros que soñé apenas anoche. Cuando digo esperando, no me refiero a que están esperando pasivamente a que suceda un milagro; por el contrario, de vez en cuando los visito y les abro la puerta del mundo real para ver si ya encontramos su lugar. A veces me sorprende que, el presente les brinda la oportunidad de manifestarse en la realidad, y otras me doy cuenta de que el tiempo no ha llegado aún y decido esperar pacientemente, a veces impacientemente, pero decido esperar, sin olvidarlos.

Los sueños aun no realizados son como un imán que nos ayuda a tener ilusión por el futuro, si elijo mirarlos así. Hace unos meses en una plática Martin Seligman, considerado el padre de la psicología positiva, habló de la importancia de lo que en inglés se llama Human Agency y se traduce como Agencia Humana y que se refiere a la capacidad de las personas para actuar independientemente, haciendo sus elecciones de forma libre y consciente. En esa plática habló acerca de cómo el lenguaje predice el progreso y del papel que juegan la agencia humana, el optimismo y el pensamiento a futuro en el progreso humano.

Los sueños contienen en sí mismos pensamientos o posibilidades futuras, si éstos son positivos entonces incluyen también una dosis de optimismo y lo que requieren para convertirse en realidad es que ejercitemos nuestra Agencia Humana, nuestro poder personal para poder aterrizar esos sueños en la realidad. ¿Podríamos decir entonces, que los sueños predicen nuestro propio progreso? No tengo la respuesta en este momento, pero la pregunta me hace sentido. Como dice Henry David Thoreau “Si uno avanza con confianza en la direcciónde sus sueños, y se esfuerza por vivir la vida que ha imaginado, se encontrará con un éxito inesperado”. En momentos difíciles, abrir un espacio para contemplar los sueños que aun no se han convertido en realidad y que llevan mucho tiempo en un estado latente puede ser como dar luz a algunas partes de nosotros que buscan sentirse vivas y renovadas.

Podríamos ver a los sueños no realizados como una fuente de dolor, con arrepentimiento o desamparo, pero tenemos el poder de elegir cómo mirarlos. Mientras reflexionaba hoy por la mañana, pensé en el esfuerzo que generalmente dedico a hacer mis sueños realidad, un esfuerzo que normalmente es muy grande. Por años pensé que mi agradecimiento sería a ese gran esfuerzo, al camino recorrido o a ver los logros realizados, pero no; hoy es diferente, hoy agradezco a esos sueños aun no realizados que me siguen llenando de vida y que promueven mi optimismo y la capacidad de mirar al futuro, elementos que funcionan como motores para seguir adelante.

Hoy, te deseo que reconozcas el poder de tus sueños, de los que se han cumplido y de los que no. Te deseo, que abras la puerta de los sueños no realizados de vez en cuando para ver qué necesitan para cobrar vida, que te dejes conmover por los sueños de antaño, los de ayer y los de hoy y que permitas que ellos te llenen de inspiración, de optimismo y de dirección para impulsarte a andar y a tomar acción.

Arlen Solodkin es directora del Instituto de Bienestar Integral e instructora en el Certificado en Estudios de la Felicidad creado por el Dr. Tal Ben-Shahar.