La regla de los 5 segundos

La regla de los 5 segundos

//Por Nicole Fuentes//

Si tuvieras que calcular aproximadamente cuántas veces al día te dices a ti mismo y a lo demás, “al rato lo hago”, “mañana”, “el lunes”, “mejor no”, ¿Qué dirías?

Yo prefiero sacar mi cuenta… “después”.

Terminé de leer el libro “La Regla de los 5 Segundos” de Mel Robbins y creo que encontré un antídoto poderoso contra este vicio que varios tenemos de procrastinar.

La mayoría de nosotros tenemos metas personales y sueños que deseamos cumplir, retos que superar y situaciones de vida que queremos o necesitamos cambiar. Pero no lo hacemos.

Entre nuestra intención de hacer algo y en verdad hacerlo existe un limbo retacado de excusas que nos detiene.

Según Mel Robbins, 5 segundos es lo que le toma a nuestro cerebro convencernos de no hacer las cosas, según esto, para “protegernos”.

¿Has notado lo rápido que el miedo y las dudas secuestran tu mente y comienzas a fabricar argumentos para no decir o no hacer algo?

Si pudieras asomarte al limbo donde yo fabrico mis excusas y argumentos para no hacer las cosas verías algo así…

“Tengo que hacer cita para hacerme la mamografía, llamo a las 8:00 am, que es la hora a la que llega la asistente”. Esa es mi intención. ¿Qué sucede cuando llega la hora? “Hablo después de revisar mis correos”, “Bueno, mejor después de comer hago todas las llamadas del día, así avanzo con el trabajo”,“Aunque pensándolo bien, ya pronto me voy de vacaciones y si me van a dar una mala noticia, prefiero que sea al regresar”, “Listo, hago la cita sin falta cuando regrese”. Todo eso en segundos.

“Mañana salgo a correr inmediatamente después de que se vayan las niñas al colegio, voy a dejar la ropa lista desde hoy”. Esa es mi intención. Lo primero que pasa es que no saco la ropa porque pienso que es mejor elegirla cuando vea cómo amanece el clima. ¿Qué pasa el día siguiente?… “Me cambio cuando termine de tomar el café”, “Mientras… voy a leer un ratito, al cabo, no tengo prisa”, “Mejor termino de una vez el libro, ya me falta poco”, “Pero entonces ya va estar haciendo mucho calor”, “Bueno, no pasa nada, mañana voy”. Así pueden pasar dos semanas.

Así es como en segundos vamos dejando todo para después. Esto incluye alzar la voz y opinar en una reunión de trabajo –“mejor no, ¿qué tal si piensan que mi idea no sirve?”; decidir fumar otro cigarro –“uno más no hace la diferencia”-; aguantar otro comentario ácido de esa persona tóxica –“no quiero problemas”; trabajar en la empresa familiar –“es lo que esperan mis padres”.

Nos detienen el miedo, la incertidumbre, la flojera, la comodidad, lo conocido.

Estamos a una decisión de una vida completamente diferente.

Cuando se trata de cumplir metas, resolver situaciones o alcanzar sueños es fundamental escuchar nuestro instinto de cambio y honrarlo con una acción.

La regla de los 5 segundos es una buena herramienta para lograrlo.

¿Qué es la regla de los 5 segundos?

Es una estrategia que nos permite lograr nuestros objetivos venciendo a nuestro cerebro antes de que empiece a parlotear.

¿Cómo se usa?

Es como el lanzamiento de un cohete al espacio: “5, 4, 3, 2, 1… ¡despegar!”.

Cada vez que tengamos que hacer algo y comencemos a sentir incertidumbre, miedo, inseguridad, flojera, podemos tomar el control contando del 5 al 1.

Contar hacia atrás sirve dos propósitos simultáneamente. En primer lugar, enfoca nuestra atención en lo que tenemos que hacer y nos impulsa a actuar; en segundo, interrumpe el hábito que tenemos bien cimentado de dudar, sobre-pensar, auto sabotearnos y detenernos.

Para que la regla funcione es muy importante movernos físicamente al llegar a 1, pues cuando nos movemos, nuestra fisiología cambia y el cerebro le sigue.

Contar hacia atrás del 5 al 1 también tiene su lógica. Cuando contamos al revés, mentalmente cambiamos la programación del cerebro. Llegar al 1 nos motiva a la acción. Es equivalente a arrancar en una carrera luego del “en sus marcas, listos… ¡fuera!”. Si contáramos del 1 para arriba podríamos contar indefinidamente.

Entonces, “Tengo que hacer cita para hacerme la mamografía” se convierte en 5, 4, 3, 2 ,1… marcar por teléfono; “Voy a salir a correr”… 5, 4, 3, 2, 1… ponerme los tenis y salir; “Tengo que escribir mi artículo”…. 5, 4, 3, 2, 1… sentarme en el escritorio y abrir la computadora.

Dice Robbins, que no son las grandes jugadas o movimientos los que definen nuestras vidas, sino las más pequeñas. Dentro de un rango de 5 segundos podemos detenernos a pensar y decidir no tomar acción sobre esas cosas pequeñas. El detalle es que las decisiones no tomadas se acumulan en el tiempo y nos dejan atascados.

La regla de los 5 segundos hace que las cosas pasen. Nos ayuda a atravesar la barrera de las excusas y a encontrarnos con nuestra mejor versión del otro lado.

Cambiamos nuestra vida una decisión a la vez.

Y podemos decidir hacerlo en 5, 4, 3, 2 ,1…

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