Resiliencia ¿una palabra de moda o una herramienta de vida?

Resiliencia ¿una palabra de moda o una herramienta de vida?

¿Qué es exactamente la resiliencia?

¿Es algo que solamente algunas personas tienen?

¿Se puede aprender?

¿Para qué sirve y cómo me ayudaría ser resiliente?

Investigaciones muestran que la mayoría de las personas se consideran resilientes y eso es verdad. Todos nosotros, en diferentes momentos de nuestras vidas enfrentamos desafíos y situaciones complejas, y la mayoría de nosotros aprendemos a navegar estas situaciones a través de la experiencia favorablemente. Sin embargo, cuando ocurren situaciones terribles, un número menor de personas pueden sostenerse y continuar floreciendo ante la adversidad. Consideremos, por ejemplo, el caso de Viktor Frankl, un sobreviviente del holocausto que fue capaz no solo de sobrevivir a lo peor, sino de conectarse profundamente con su propósito de ayudar a los demás compartiendo su comida, su sabiduría y su amor, incluso cuando él mismo estaba al borde de la muerte. No solo sobrevivió, sino que fue capaz de imaginarse una vida útil y de utilizar la adversidad como piedra angular para crear una nueva ciencia, la logoterapia, la ciencia del significado y del porqué de la vida dentro el campo de la psicología. ¿Qué podemos aprender de personas como el que, contra todo pronóstico, no solo fue capaz de sobrevivir sino de crecer y prosperar?

“La resiliencia se define como la capacidad de perseverar y adaptarse cuando las cosas salen mal” (Reivich y Shatté, 2002). Es muy común sentirnos inspirados por las historias de personas resilientes, hay algo acerca del caerse y levantarse que habla directamente de la naturaleza humana. Los investigadores sobre este tema han encontrado que la resiliencia es un factor clave en el florecimiento humano, tanto en el ámbito personal como en el profesional. Las personas resilientes tienden a buscar nuevos desafíos, a ver oportunidades y aprendizajes en el fracaso y a encontrar significado en la adversidad (Reivich y Shatté, 2002). La resiliencia está íntimamente relacionada con nuestros pensamientos que están relacionados con nuestras emociones, que a su vez están relacionadas con nuestras acciones; por lo tanto, es importante comprender nuestra composición, nuestros pensamientos automáticos. Son estos pensamientos los que nos llevan a experimentar impotencia u optimismo, siendo este último una de las características más importantes de la resiliencia.

¿Cuáles son los factores que hacen que las personas sean más resistentes? Hay varios factores fundamentales que favorecen nuestra capacidad para desarrollar resiliencia, algunos de los cuales son inherentes a nuestra naturaleza, y otros que podemos desarrollar si es que no son tan evidentes en nuestras vidas. Los invito a aprender sobre ocho factores protectores, cómo reconocerlos y cómo ponerlos a la práctica. Ya verán que muchos de ellos probablemente ya sean parte de su vida y tan solo necesiten potencializarlos.

Factores de protección ¿Qué son? ¿Qué herramientas los promueven?
Biología Algunas personas tienen una fisiología más fuerte que otras de la misma forma que algunas personas tienen un cuerpo más musculoso o atlético que otras. La respuesta al estrés varía entre personas y muchas veces depende de los factores bilógicos de cada individuo. Entender nuestra tendencia y línea base es crítico para poder hacer un esfuerzo adicional cuando lo necesitemos. Incluso en el ámbito biológico, Podemos aprender mucho de los mejores ejemplos, de aquellos que tienen una inclinación natural hacia el optimismo. (Lyubomirsky, S., Sheldon, K. M., & Schkade, D. 2005). Mindfulness.Respiración.Dormir adecuadamente.Destinas espacios de recuperación.Mantener altos niveles de energía a través del ejercicio.Fomentar la buena alimentación para equilibrar nuestro organismo.  
Autoconciencia La capacidad de poner atención en nuestros pensamientos, emociones y en nuestra fisiología. Algunos tenemos una tendencia innata a la autoconciencia, pero esto es algo que también podemos aprender (Reivich & Shatté, 2002).  Prestar atención y notar los cambios en nuestros pensamientos, emociones y sensaciones corporales.Prestar especial atención a los detonadores y señales que propician en nosotros ciertas reacciones automáticas.  Reconocer conscientemente qué es lo que necesitamos en cada situación y cómo gestionarlo.La meditación, la meditación de escaneo corporal y el mindfulness.Modelo ATC: el proceso de notar el evento activador, los pensamientos automáticos y las consecuencias de éstos.
Autorregulación Una vez que has detectado cómo te sientes, puedes tomar las decisiones adecuadas y gestionar los cambios que necesites en tu estilo de vida, especialmente aquellos que te pueden ayudar a hacerle frente a la adversidad (Reivich & Shatté, 2002).     Fuerza de voluntad (McGonigal, K. 2011). (The Will power instinct, Kelly McGonigal).Diciplina.GRIT, la combinación entre pasión y perseverancia en la consecución de metas a largo plazo (Duckworth, A. L., & Peterson, C., & Matthews, M. D., & Kelly, D. R. 2007).
Agilidad mental La capacidad de aprender de distintas perspectivas. Esto es importante para poder encontrar soluciones innovadoras, para ver situaciones complejas desde otra lente (Reivich, K. J., Seligman, M. E., & McBride, S. 2011).  Re-abordaje como una oportunidad de aprendizaje, por ejemplo, interpretar el estrés como excitación en lugar de miedo (Brooks, A. W. 2014). Entrenamiento en perspectivas: ver la vida como una oportunidad de aprendizaje, aprender de los ejemplos de otras personas.Cultivar una mentalidad de crecimiento (Dweck, C. S. 2008).Aprender de experiencias pasadas propias y de otras personas.Cambiar la narrativa de lo que nos sucede.Ser un buscador de beneficios.
Optimismo La creencia de que las cosas van a ser mejores. Tener esperanza de un futuro brillante. (Carver, C. S., & Scheier, M. F., & Miller, C. J., & Fulford, D. 2010). Prospección: Evaluar diferentes alternativas.Cultivas una mentalidad de crecimiento.Saber pedir ayuda y buscar recursos que nos puedan ayudar.
Autoeficacia La creencia de que contamos con los recursos internos para manejar las situaciones del entorno y con la capacidad necesaria para resolver los problemas que vayan surgiendo.   Reconocer nuestras habilidades, fortalezas y debilidades. Desarrollar la capacidad para conscientemente utilizar nuestros talentos y fortalezas a nuestro favor.  
Conexión Conectar con otros, con la naturaleza, una causa, o algo más grande que nosotros mismos. Cultivar un sentido de pertenencia que nos ofrece apoyo, contención y la oportunidad de encontrar un sentido de vida.  Invertir en vínculos sociales significativos, relaciones en el trabajo y apoyo comunitario.Entender cuáles son las herramientas necesarias para construir relaciones positivas.
Instituciones positivas Las instituciones proveen y facilitan el proceso de navegar a través de situaciones difíciles. Estar bien informado acerca de las instituciones que pueden brindarnos apoyo en momentos de necesidad.

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