La gratitud es la emoción más sana de todas. – Zig Ziglar.

La gratitud es la emoción más sana de todas. – Zig Ziglar.

El agradecimiento es la mayor de las virtudes porque te permite aprender a sacarle el oro molido a todas las experiencias: las buenas, las malas y las regulares. 

De todo se aprende en la vida, y el agradecimiento abre la puerta para que recojas cada aprendizaje y puedas capitalizarlo.

A continuación, te compartimos tres ejercicios para que puedas hacerlo. Te recomendamos que después de cada ejercicio te tomes unos 10-15 minutos para hacer los ejercicios:

1. Agradece a las personas que impactaron tu vida este año.

Escribe una lista de las personas que aportaron algo positivo a tu vida y relata brevemente por qué les estás agradecido/a. ¿Qué te enseñaron, ¿cómo te ayudaron, de qué forma te impulsaron, y cómo cuidaron de ti?

De tu lista, elige al menos tres personas y llámalos o mándales un mensaje diciéndoles qué les agradeces y cómo hicieron la diferencia en tu vida.

2. ¿Qué agradeces en tu vida?

Piensa en el año que está por terminar y recuerda al menos 30 elementos que ayudaron a que tu año fuera más alegre, cómodo, seguro, divertido, creativo, etc. Puedes recordar la música que escuchaste, un muy buen libro, la compañía de alguien, un rincón especial de tu casa, el árbol de tu jardín, tu mascota…

El aprecio es la clave de la felicidad. Como dice Tal Ben-Shahar “Cuando aprecias lo bueno, lo bueno se aprecia”

3. ¿Qué aprecias de ti?

Empezamos este post agradeciendo a las personas que impactaron positivamente nuestra vida, también agradecimos elementos que nos hicieron más felices, ahora es importante reconocer aquellos aspectos de ti mismo que te hicieron vivir mejor.

Una parte importante en la vida es poder reconocer nuestras capacidades, reconocer nuestro propio esfuerzo, nuestra determinación, el no darnos por vencidos. También reconocer y agradecer nuestra naturaleza, el ser generosos, bondadosos, creativos, animados, luchones. También puedes agradecer el rol que tienes y cómo lo ejerces, reconocer que eres un buen amigo/a, buen hijo/a, buena pareja, buen miembro de un equipo.

Desarrollar el aprecio por ti mismo de forma honesta, eleva tu autoestima, desarrolla tu auto compasión y te haces tu propio amigo. Piensa en cuáles fueron las actitudes más importantes que te ayudaron a alcanzar tus sueños, a salir de momentos difíciles o que contribuyeron a hacerle la vida mejor o más fácil a alguien más.

Escribe una carta detallando estas cualidades que reconoces de ti y mándatela por mail o ponla en tu oficina o en algún lugar donde puedas leerla el 31 de diciembre. Verás lo sanador que es reconocerte y convertirte en tu mejor amigo/a.

“El que es amigo de sí mismo, es amigo de toda la humanidad” Séneca

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