¿Se puede ser feliz todo el tiempo?

¿Se puede ser feliz todo el tiempo?

En la búsqueda perpetua de la felicidad, muchos de nosotros caemos en la trampa de creer que es posible (y deseable) sentirnos felices todo el tiempo. Sin embargo, esta creencia no sólo es irreal, sino que también puede ser contraproducente para nuestro bienestar emocional.

Lo cierto es que cada persona desarrolla una perspectiva diferente de la felicidad y su forma de vivirla dependerá tanto de factores internos como externos.

“La felicidad no es algo ya hecho. Viene de tus propias acciones.” – Dalai Lama

Las Creencias Personales Sobre la Felicidad

Nuestra percepción de la felicidad está profundamente arraigada en nuestras creencias personales, las cuales son influenciadas por la cultura, la educación y las experiencias personales. Según Sonja Lyubomirsky en “The How of Happiness”, nuestra capacidad para ser felices está parcialmente determinada por factores genéticos, pero una gran parte depende de nuestras acciones y pensamientos (Lyubomirsky, 2007). Esto sugiere que, aunque no podemos controlar todos los aspectos de nuestra felicidad, tenemos la capacidad de decidir cómo interpretamos y respondemos a nuestras circunstancias.

Los Desafíos de la Vida

La vida, con su inherente naturaleza cambiante, presenta desafíos y contratiempos que inevitablemente afectan nuestra felicidad. Sin embargo, es precisamente a través de estos desafíos que podemos crecer y encontrar significado. Tal como argumenta Viktor Frankl en “Man’s Search for Meaning”, enfrentar las dificultades de la vida puede ser una fuente de propósito y dirección (Frankl, 1946). En lugar de aspirar a una felicidad constante e ininterrumpida, deberíamos enfocarnos en encontrar significado y satisfacción en el proceso de superar los obstáculos.

¿Recuerdas cómo reaccionaste la última vez que se te presentó un desafío?

La Necesidad y Aceptación de Sentir Emociones “Incómodas”

Una parte esencial de la experiencia humana es sentir un amplio rango de emociones, incluyendo aquellas que a menudo etiquetamos como “negativas” o “retadoras”. La tristeza, el enojo, y la frustración no son sólo naturales, sino también necesarias para nuestro desarrollo emocional. Estas emociones nos ofrecen valiosas lecciones sobre nosotros mismos y nuestro entorno. 

Te contamos la historia de Isabel, hace algunos años, experimentaba por primera vez una responsabilidad laboral muy grande. La carga de trabajo que manejaba para su corta experiencia constantemente le hacía sentir emociones retadoras como enojo y frustración. Fue hasta que un día tuvo la oportunidad de ver en retrospectiva y de hablar con algunos líderes del campo, que le llegaron estas sabias palabras:

“El miedo de hacer algo nuevo y la frustración de no saber si resultará, no son un paralizador, son un impulso hacia el crecimiento”

Hoy en día, su historia ha cambiado radicalmente y reconoce el crecimiento tanto personal como laboral que ha tenido desde que aprendió a aceptar y gestionar las emociones “negativas” y los retos de la vida.

Kelly McGonigal, una investigadora de la Universidad de Stanford, descubrió que la forma en la que interpretamos el estrés es clave para nuestro bienestar. Si interpretamos el estrés como un reto en lugar de como un peligro, nuestra respuesta biológica puede aprovechar muchas respuestas positivas al estrés como mayor enfoque, determinación y claridad mental.

Siguiendo esta línea de pensamiento, es importante confiar en nuestra zona de confort, pero atrevernos a salir de ella. Sentir todas las emociones y reconocer que algunas emociones incómodas, pueden traer importantes oportunidades de crecimiento.

Recuerda esta frase y aplícala en tu vida si consideras que puede servirte:

Confía en tu zona de confort pero no confíes tanto. Date el permiso de sentir todas tus emociones y aprende de ellas. 

La creencia de que podemos (y deberíamos) ser felices todo el tiempo ignora la riqueza y profundidad de la experiencia humana. Al aceptar y abrazar la gama completa de nuestras emociones, enfrentar los desafíos de la vida con determinación, y reflexionar sobre nuestras creencias personales sobre la felicidad, podemos cultivar una forma de bienestar más auténtica y sostenible.

Bibliografía:

  • David, S. (2016). Emotional Agility: Get Unstuck, Embrace Change, and Thrive in Work and Life. Avery.
  • Frankl, V. (1946). Man’s Search for Meaning. Beacon Press.
  • Lyubomirsky, S. (2007). The How of Happiness: A New Approach to Getting the Life You Want. Penguin Books.

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