¿Estrés en el trabajo?

¿Estás dejando pendientes para el último momento? ¿Te sientes irritable con tus compañeros de trabajo? ¿Estás durmiendo lo suficiente?

El estrés en el trabajo es esa presión extra que sentimos cuando tenemos un millón de cosas por hacer y el tiempo se va corriendo. Es como si tu mente estuviera en una carrera sin fin y tu cuerpo no puede seguir el ritmo. Pero aquí está el truco: el estrés en dosis pequeñas puede ser un impulso para superarte a ti mismo.

El estrés no siempre está relacionado con las cosas negativas de la vida, pero manejar mal el estrés convierte retos positivos en una pesadilla. Aún situaciones buenas de la vida como subir de puesto, desarrollar un proyecto increíble o viajar de trabajo pueden hacernos sentir muy estresados.

¡La clave está en aprender a manejarlo, para mantener el rendimiento en su punto óptimo!

Te compartimos algunas estrategias para manejar el estrés en el trabajo:

• Establece tu intención: Inicia tu jornada laboral haciendo un ejercicio de meditación donde establezcas tu intención para el día.
• Planificación inteligente: Organiza tus tareas y establece prioridades para mantenerte en el camino correcto. Añade la fecha, el lugar y el nivel de prioridad de cada tarea para evitar que el tiempo te caiga encima. ¡Utiliza rutinas siempre que sea posible!
• Toma descansos durante el día: Respira profundamente y relájate cuando sientas que la tensión sube. Unas pequeñas pausas pueden hacer maravillas.
• Pide ayuda: No temas pedir apoyo a tus colegas o superiores si te sientes abrumado o si sabes que el apoyo e alguien puede ayudarte a ser más eficaz.
• Reconoce eventos desencadenantes de estrés: Identifica aquellas situaciones que activan tu estrés y reconoce en qué parte del cuerpo lo sientes. Elabora un conjunto de planes de “si-entonces” (por ejemplo, “Si X sucede, haré Y”). Anticipar estas situaciones te ayudará a poder controlar mejor el estrés si los eventos suceden.
• Practica la autocompasión: En lugar de quedarte atrapado en el pasado, aprende de él y mejora tu rendimiento. Reflexiona sobre lo que has logrado anteriormente y los aprendizajes que las experiencias previas te han dejado.
• Deja la perfección a un lado: Buscar la perfección puede llevar a la procrastinación e incluso al agotamiento. Enfócate en ser bueno y en mejorar, en lugar de establecer estándares que no puedes cumplir. ¡Nadie es perfecto!
• Reconoce lo que te motiva: ¿Por qué estás en dónde estás? ¿Qué es lo que te mantiene de pie y que te hace seguir adelante? La vida está llena de oportunidades; encuentra lo que te emociona y aplícate al desafío.
• Pon atención a las actividades que te recargan de energía: Sé curioso y busca algo que te cautive, que te interese, que te anime. Dedicar tiempo a tus pasiones, hobbies y pasatiempos fuera del trabajo te ayudan a desconectarte y a descansar tu mente.

Saber manejar bien el estrés en el trabajo nos brinda muchos beneficios:

• Un ambiente de calma y de paz: Manejar el estrés te convierte en una versión más tranquila y relajada de ti mismo.
• Más felicidad en la oficina: Cuando te sientes bien, contagias esa felicidad a tus compañeros y se crea un espiral de positividad.
• Mayor productividad: Con el estrés bajo control, puedes rendir mejor en tus tareas y obtener mejores resultados.
• Ambiente más amigable: Cuando el estrés es menor, hay más espacio para la convivencia, la armonía y la comunicación asertiva y respetuosa.
• Altos niveles de creatividad: Con menos preocupaciones, tu mente se abre a mejores ideas y a soluciones creativas.
• Mayor equilibrio: Un poco menos de estrés significa más tiempo para disfrutar de la vida fuera del trabajo.

Ahora ya lo sabes, está en tus manos desarrollar un buen manejo del estrés laboral, para tener una vida más satisfactoria, dentro y fuera del trabajo.

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